Anonymous difunde información sobre un sistema de
supervigilancia implementado en Estados Unidos que analiza datos
grabados por cámaras de seguridad en todas las grandes ciudades de ese
país para detectar patrones de comportamiento sospechosos
Uno de los cambios de estrategia de
Anonymous tiene que ver con difundir más la información filtrada ya
existente que pesquisar nueva información comprometedora. Esto ha dado
ciertos resultados. Su análisis de los e-mails filtrados de la compañía global de seguridad Stratfor
revela detalles de un sofisticado sistema de vigilancia implementado en
Estados Unidos por la compañía Abraxas, llamado TrapWire.
Cada
instante, datos levantados por cámaras de vigilancia en todas las
ciudades de Estados Unidos son grabados, encriptados e instantáneamente
enviados a una base de datos, en un lugar confidencial, para ser
analizados junto con otra información de inteligencia. TrapWire
coteja datos dentro de una vasta red de información recopilada por
organismos de inteligencia para “identificar patrones de comportamiento
que son indicativos de planeación pre-ataque”, dice un comunicado de
prensa. Este sistema es “más preciso que la tecnología de reconocimiento
facial”. Básicamente corre un poderoso software que analiza las
grabaciones de millones de ciudadanos para localizar comportamientos
sospechosos y determina vínculos entre individuos, vehículo u
organizaciones. La idea es anticiparse al terrorismo, pero en este
sistema todos los ciudadanos son terroristas potenciales, que están
siendo vigilados. Y lo perturbador es que la definición de terrorista es
bastante laxa y arbitraria y el gobierno se reserva la potestad de
definirte como tal.
La compañía que desarrollo este
programa, Abraxas (deidad gnóstica que conjunta la dualidad), cuenta
con una lista de empleados de que se lee como un anuario de graduación
de la CIA y el Pentágono, en un claro vínculo entre la esfera
corporativa y la esfera gubernamental.
Esta semana WikiLeaks ha estado
recibiendo un constante ataque D-Dos a su sitio supuestamente de una
organización llamada Anti-Leaks, pero se cree que Stratfor podría estar
detrás de este grupo fantasma de hackers antihackers. Tal vez se está
llevando a cabo ya una guerra cibernética entre corporaciones, gobierno y
los organismos de transparencia y hacktivismo que se interponen en su
agenda de control global.