A pesar de la supuesta liberación sexual de nuestra época, aún existe
poca información al respecto de asuntos tan esenciales como el cuerpo y
sus características; éste es un poco el caso de la vagina.

Supuestamente
la nuestra es una época de manifiesta liberación sexual, de caída de
tabúes y esparcimiento de la información en torno a la sexualidad,
incluso (a la manera de Foucault) de la creación de todo un conocimiento
técnico para mejorar el desempeño de los practicantes.
Sin embargo, esto parece ser sólo en
apariencia, pues con la explosión de data que caracteriza nuestro
tiempo, es imprescindible saber separar la información útil de la
inútil, la desinformación de los datos fidedignos que nos alientan a
saber más sobre un tema.
En esta ocasión, vía Alternet,
presentamos 10 características de la vagina que probablemente te sean
desconocidas, a pesar de la notable presencia que esta parte del cuerpo
femenino tiene en múltiples expresiones de nuestras sociedades: desde el
erotismo más refinado hasta la publicidad más pedestre.
- La vagina es sólo una parte del “pastel”
Una educación sexual deficiente ha
acostumbrado a algunos a denominar vagina a la totalidad de la genitalia
femenina, cuando en realidad se trata del canal que conecta la vulva
con el cérvix, además, claro, de la presencia de otras partes externas
como el clítoris, los labios interiores y exteriores y perineo.
- El clítoris y el pene son prácticamente lo mismo
Anatómicamente, las diferencias
entre mujeres y hombres son apenas un puñado: decisivas, sí, pero pocas.
En la gestación, por ejemplo, lo mismo que en los hombres se
transformará en su pene, en las mujeres toma la forma del clítoris (algo
que sucede durante la sexta semana de embarazo).
- El punto G es en realidad un punto C
A pesar de lo que pueda decirse
del casi mítico punto G,
investigaciones realizadas en años recientes parecen confirmar su
existencia y ubicarlo en una zona conocida como “crura” (del latín
crus: “pierna”), la parte más profunda del clítoris.
- La existencia del punto A
Continuando con el mapeo de la zona
genital femenina, hace poco se descubrió otro punto capaz de
desencadenar una respuesta placentera amplia, un equivalente a la
próstata masculina al que se le dio el nombre de punto A, por
encontrarse en el fornix vaginal anterior (cerca de la cavidad
vesico-uterina). De acuerdo con Desmond Morris, el científico que
realizó el hallazgo, la estimulación del punto A incrementa la
lubricación y provoca intensas contracciones orgásmicas.
- Es una de las partes más poderosas de la mujer
Y no en sentido figurado: sólo con
la fuerza de su vagina, una mujer en Rusia, Tatiana Kozhevnikova, fue
capaz de levantar 14 kilogramos de peso, estableciendo en 2012 un récord
mundial. Esto se debe a que la vagina está hecha de tejido contráctil
(músculo) que puede entrenarse para aumentar su fuerza de contracción
(idealmente, para mejorar la calidad y potencia de los orgasmos).
- Su diseño sólo obedece a la obtención del placer
A diferencia del pene —que lo mismo
sirve para eyacular que para orinar y liberar otro tipo de desechos— la
vagina está diseñada para una sola función: otorgar placer, una especie
de regia entrada anatómica al imperio hedonista de la satisfacción
sexual.
- La vagina puede desprenderse
Acaso se ésta una de sus cualidades
más sorprendentes: la vagina, en efecto, puede sufrir un proceso de
desprendimiento conocido como prolapso vaginal, algo que sin embargo
ocurre pocas veces y es posible prevenir fácilmente con una buena dieta y
ejercicio físico (especialmente los ejercicios de Kegel, enfocados en
la contracción y en los músculos pélvicos).
La tan envidiada capacidad femenina
del multiorgasmo —la posibilidad de experimentar diversos y sucesivos
en un periodo muy corto de tiempo— descansa fundamentalmente en la
vagina. En 2009, Deanna Webb consiguió experimentar 226 orgasmos
continuos, contra el récord de sólo 31 a los que llegó un hombre.
La eyaculación femenina no es
común, pero sí normal: durante el orgasmo, algunas secretan un fluido
lechoso desde las glándulas para-uretrales, en ocasiones con tanta o más
potencia que un hombre (la eyaculación de una mujer llegó a los 3
metros de distancia).
Si bien el tamaño promedio de una
vagina ronda los 10 centímetros de longitud, esta puede expandirse hasta
en un 200% (tanto como para dejar pasar un bebé), por lo cual, durante
la penetración, el tamaño promedio del pene (15 cm, erecto) o de algún
otro objeto, no es obstáculo para la consecución del placer.