Comparto una serie de sugerencias para evitar que te suceda lo que a
Jennifer Lawrence (aunque te advertimos que el panorama no es muy
alentador)
Una vez más, el tema de la privacidad está sobre la mesa. Esta vez se trata de fotografías de celebridades desnudas, que aparentemente filtró un hacker vía 4chan. Peor aún, se rumora que sólo es el comienzo de una larga temporada de imágenes íntimas que serán disparadas en la red –de hecho, supuestamente, este hacker tiene imágenes de Jennifer Lawrence, Avril Lavigne, Kim Kardashian, Rihanna, Kirsten Dunst, Aubrey Plaza y Winona Ryder, entre muchas otras.
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cabo y dudosa |
Y precisamente apelando a esta madurez
digital, en lo que se gestionan los marcos legales apropiados (si es que
realmente nos encontramos inmersos en ese proceso), existen ciertas
precauciones que puedes adoptar a la hora de transmitir tu data –en
particular y a propósito del escándalo de celebridades al desnudo, tus
fotografías “comprometedoras”.
A continuación, una serie de recomendaciones para almacenar o enviar tu material íntimo:
1. Manténte lejos de la nube (muy lejos)
Es muy probable que la mayoría de fotos
que tomas con tu teléfono terminen en la “nube”. Esto al menos si usas
un iPhone, ya que generalmente los dispositivos estarán configurados
para respaldar toda la data en iCloud (precisamente de aquí obtuvo las
fotografías, se supone, el hacker que filtró las imágenes de las
celebridades). En este sentido, además de apagar esta configuración en
las preferencias de tu teléfono, quizá también sea prudente
“complejizar” tu contraseña de usuario de iCloud y configurar una
“autenticación de dos pasos” en tu Apple ID (todo esto puede realizarse
en las configuraciones de tu iPhone).
2. Manténte análogo
Aunque pueda parecer una medida radical,
lo cierto es que actualmente no existen las condiciones para garantizar
que tus sexy selfies (o cualquier otra porción de data que esté en un
dispositivo que se conecta a la red) estén por completo a salvo. Pero
tal vez sea momento de desempolvar tu cámara de 35mm y, cuando sientas
el irresistible llamado a autoretratarte desnudo o retratar a alguien
más, dotar el momento con un cierto halo vintage y disparar desde tu
antigua cámara (con el problema de que luego tendrás que decidir a quién
confiarle el revelado).
3. Entrégate a la suerte (o abstente)
Quizá la mejor recomendación que
podríamos hacerte respecto a este tema es simplemente evitar las
imágenes comprometedoras o, en su caso, desapegarte de tu intimidad y
abrirte a la posibilidad de que el universo termine acezando ese jardín
semisecreto que conforman tus autorretratos al desnudo. Quizá hasta
termines disfrutando la sola idea de que una tribu de desconocidos goce
de ver el cuerpo de un desconocid@ (o sea tú), y descubras en tu
personalidad una inquietante pizca de voyeurismo.