
En
Argentina, en la provincia de Tucumán, Rodrigo Martín, empleado
bancario de 33 años, celebraba su despedida de soltero cuando una de las
bromas que se acostumbran en estos festejos cuasi dioniosiacos se salió
del control, provocando un accidente que le valió un pase al hospital
del lugar.
Al parecer Martín y sus amigos jugaban
con alcohol en gel cuando uno de los presentes arrojó algo que incendió
la sustancia, y con esta el hombre, especialmente su zona púbica. Por
desgracia las acciones que emprendieron los invitados para apagar las
llamas no hicieron más que avivarlas y extenderlas a otros miembros del
futuro cónyuge.
Con todo, parece ser que el accidente no
dejará ningún tipo de daño permanente sobre la capacidad reproductiva
del hombre, pues, en su caso, este tipo de lesiones solo afectan la piel
(epidermis y la dermis papilar) y deja intactos los nervios o los vasos
sanguíneos.