
De entre los muchos consejos para la
potencia sexual masculina, corre la creencia popular de que aplicar
salsa picante en el ano ayuda a mantener por más tiempo una erección y
si bien, de entrada, parece un procedimiento un tanto radical, es
posible que a fin de cuentas sea efectivo por razones científicas y
fisiológicas.
De entrada la mayoría de las salsas
picantes comparten un compuesto químico común, la capsaicina, una
familia de moléculas orgánicas hidrofóbicas que se encuentra en todos
los chiles y vegetales picantes. Solo como comparación curiosa, el
efecto doloroso que la capsaicina produce sigue la misma ruta bioquímica
que el veneno de la tarántula.
En el cuerpo humano, esta sustancia
genera la sensación de calor que regularmente se asocia con el picante
por entrar en contacto con las mucosas que recubren los labios y la
boca. Solo que estos no son las únicas zonas del cuerpo donde se las
encuentran: también hay mucosas en las fosas nasales, los párpados y,
sí, el ano, en donde, como en el resto de las mencionadas áreas, las
sensaciones que genera serán de dolor y de inflamación, incentivos poco
favorecedores de la erección.
Sin embargo, existe una ligera
posibilidad de que, en efecto, la salsa picante tenga consecuencias
sobre la potencia sexual. Entre los efectos de la capsaicina también se
cuenta el hecho de que el flujo sanguíneo aumenta hacia la zona que
entra en contacto con el compuesto químico, por lo cual aplicar salsa
picante directamente sobre el pene haría fluir hacía sí una mayor
cantidad de sangre. Pero la verdad es que se trata de una posibilidad
remota, ni certera ni recomendable.
En io9 Keith Veronese especula con la
estimulación prostática por medio de la botella de salsa, pero,
estrictamente, eso sale del domino de la química, por lo cual resulta
ocioso explorarlo.
Al final, como casi siempre sucede en
estos temas, la respuesta no es clara ni contundente, y el único
criterio parece ser evitar incurrir en un procedimiento que atente
contra tu integridad o la de tu pareja sexual.