Según diversos estudios y encuestas, no son pocas las personas
que renunciarían a sostener relaciones sexuales a cambio de cosas tan
disímiles como un iPhone, una conexión a Internet o dejar de llevar
libros voluminosos consigo.
Aunque nuestra cultura contemporánea
privilegia el sexo sobre muchos otros comportamientos, posesiones y
demás, en lo personal no son pocos quienes renunciarían a su ejercicio y
las satisfacciones que este conlleva a cambio de otros bienes muy
específicos.
Así, de acuerdo a diversas encuestas, el
sexo no está por encima de cosas como un iPhone, un cuerpo escultural o
una buena noche de sueño reparador, incluso por algo tan simplón como
revisar el Facebook.
En el primer caso, el del tan valorado
teléfono de la firma Apple, una encuesta dada a conocer por la compañía
en el quinto aniversario del gadget, el pasado 18 de junio, 15
personas de cada 100 preferirían pasar un fin de semana sin sexo a un
fin de semana separadas de su iPhone.
Por otro lado, el sexo también lo
utilizaría como moneda de cambio 68% de las mujeres con tal de conseguir
una mejor figura. Esto según las revistas SHAPE y FitSugar, cuya
encuesta reveló que dicha proporción pasaría un mes sin relaciones
sexuales con tal de lucir perfectas en bikini.
The Better Sleep Council, una
organización sin fines de lucro que estudia los hábitos de sueño entre
la población estadounidense, encontró que un 12% de estos prefería una
noche de tranquilidad y descanso a una de desenfreno carnal.
Sin mucha sorpresa, Internet es también
un rival notable de las delicias que da el sexo, pues ahora su
importancia es tal que, de acuerdo con el Boston Consulting Group, 21%
de personas serían capaces de renunciar a 1 año de sexo si a cambio se
les diera 1 año de acceso a Internet. Y, todavía más inesperado, 2 de
cada 10 mujeres encuestada por la revista Cosmopolitan consideraron
mucho más soportable una semana sin sexo que una semana sin poder saber
qué han posteado sus amigos en Facebook.
Como se ve, se trata de intercambiar un
placer por otro. Y dentro de estos quizá ninguno tan elemental como la
comida. Apenas en febrero pasado la revista Bon Appetit encontró que 3
de 4 personas, ¡el 75%!, están dispuestas a canjear una relación íntima
por su platillo favorito.
Finalmente, una cuarta parte del
agobiado sector de los estudiantes universitarios aceptó que si le
dieran a escoger entre el sexo y dejar de llevar voluminosos libros
consigo, se inclinarían sin duda por esto último.
Ahora quizá la pregunta sea si estas
personas que se dicen dispuestas a renunciar al sexo a cambio de otro
bien “mayor”, respondieron tal cosa por la “distancia psicológica” relacionada con el autocontrol de la que habla Kentaro Fujita,
y según la cual es mucho más fácil que alguien tome una decisión donde
demuestra autocontrol, cuando piensa que el asunto a resolver se
encuentra distante en el tiempo.