
Una vez más se ha filtrado una serie
fotográfica al desnudo de una supermodelo. Y una vez más este suceso
causa conmoción entre millones de personas que se apresuran a observar
el documento visual. Sin embargo, y más allá de la ineludible belleza
de, en este caso, Miranda Kerr, no deja de llamar la atención la
frivolidad y el morbo que este tipo de photoshoots generan entre el
público. Lo anterior nos remite a reflexionar sobre un par de poco
loables fenómenos culturales.


Por un lado podemos detectar un relación poco natural entre el imaginario colectivo, la mente compartida, y el cuerpo humano –nos cuesta trabajo admirar la belleza sin agregar una pizca de morbo. Pero también nos sugiere la idealización de estereotipos y personajes, dinámica francamente alimentada por los medios que se dedican a vendernos, explícitamente, la aspiración (por cierto una frecuencia innegablemente baja). En fin, les presentamos las imágenes al desnudo de esta coqueta australiana con la esperanza de que, además de regocijar su hipermeditizado líbido, también les incite a reflexionar sobre estos vicios culturales que tu psique probablemente acarrea.


Por un lado podemos detectar un relación poco natural entre el imaginario colectivo, la mente compartida, y el cuerpo humano –nos cuesta trabajo admirar la belleza sin agregar una pizca de morbo. Pero también nos sugiere la idealización de estereotipos y personajes, dinámica francamente alimentada por los medios que se dedican a vendernos, explícitamente, la aspiración (por cierto una frecuencia innegablemente baja). En fin, les presentamos las imágenes al desnudo de esta coqueta australiana con la esperanza de que, además de regocijar su hipermeditizado líbido, también les incite a reflexionar sobre estos vicios culturales que tu psique probablemente acarrea.