Jackie Samuels, estudiante en Nueva York,
funda The Snuggery, un establecimiento en que por 60 dólares la hora
cualquiera puede acurrucarse con ella sin fines sexuales.

Como respuesta a esto, una mujer en
Nueva York, estudiante de posgrado, decidió establecer una agencia que
ofrece el servicio de “acurrucamiento” sin fines sexuales por 60 dólares
la hora. Sus clientes acuden y, pagando esta suma, obtienen el derecho
de recogerse junto a ella y conseguir un poco de calor corporal y acaso
también de consuelo emocional.
Jackie Samuels, la fundadora de The
Snuggery (algo que podría traducirse como “La Acurruquería” o,
literalmente, “El Cuarto Cómodo”), decidió emprender este negocio porque
“cree en el poder curativo del tacto”, con lo cual pretende además
revertir una tendencia de la cultura estadounidense (y, se dice, en
general de los países boreales y más desarrollados económicamente) en la
que el contacto físico es poco usual en la vida diaria. “Es tiempo para
un cambio”, asegura Samuels en el sitio de The Snuggery.