
El narcotráfico ocupa un lugar
preeminente en la vida pública mexicana. Paradójicamente, al tratarse de
una actividad criminal, su importancia parece oculta, disimulada, como
si el narco fuera un mundo paralelo que se comunica con la realidad
convencional solo por medio de mecanismos muy específicos: asesinatos,
sobornos, operativos policiales, incautaciones, detenciones, sentencias
de decenas de años.
Hace un par de días, en el prestigioso
diario estadounidense The New York Times, el analista en inteligencia y
seguridad internacional Patrick Radden Keefe, publicó un exhaustivo
ensayo en el que, no sin agudeza, traza un detallado mapa del Cártel de
Sinaloa, al cual no duda en considerar ―por la magnitud de sus
operaciones y la eficiencia e innovación con que las realiza― “la
empresa criminal más importante de la historia”.
Dirigido por Joaquín “El Chapo” Guzmán y
fundado a principios de los años 90, el Cártel de Sinaloa destaca por
la variedad de estrategias corporativas implementadas en el tráfico de
drogas, en todos los momentos de la cadena comercial: la producción, la
importación, la distribución, la venta, la reinversión, etc. Con una
fortuna personal que se estima en mil millones de dólares, “El Chapo” ha
sabido construir un imperio aprovechando la lógica misma del capital y
el mercado.
SERA'???