Las agencias de combate contra el crimen organizado deben
utilizar cualquier medio a su alcance –incluso si implica mandar un
oficial desnudo y desarmado a una casa de masajes.
Los cuerpos de policía hacen honor a su
nombre –especialmente enfatizando la parte de “cuerpo” cuando se trata
de combatir el crimen. Esto hicieron algunos valiente miembros
encubiertos de la policía de Hallandable Beach en Floria, EU, quienes se
prestaron a recibir masajes (de los que te ofrecen “final feliz”) con
el objetivo de desenmascarar una red de trata de personas en dicho
condado.
Según los reportes entregados por los
propios oficiales, las sesiones consisten en que el oficial llega al
lugar (a donde asiste sin uniforme, sin placa y desarmado) y simplemente
recibe el trato experto de mujeres como Shu Yuan Sun u otro seudónimo
utilizado por alguna de las jóvenes asiáticas llevadas ilegalmente a
Estados Unidos a trabajar en establecimientos como el MemeX Massage
Parlor, donde han ocurrido algunos arrestos.
¿Pero qué clase de disciplina y
tenacidad necesitan estos bravos oficiales para resistir las tentaciones
de la carne? Para realizar el arresto es necesario que la sospechosa
insinúe claramente y sin lugar a dudas una proposición sexual. Un
oficial reportó que durante una visita, la mujer identificada como Nikki
“restregó su mano por mi pene” y luego “hizo un movimiento de arriba
abajo con su mano”, indicando una propuesta de masturbación. El oficial
afirma que declinó la oferta, diciendo “tal vez la próxima vez.”
Pero el trabajo de los policías
encubiertos no es precisamente el más glamuroso; según Charlie Fuller,
oficial retirado y presidente de la Asociación Internacional de
Oficiales Encubiertos, “las prostitutas tienen un mejor sistema de
inteligencia que cualquier agencia del mundo. Debes mostrarte vulnerable
o no te hablarán.”
A pesar de que los críticos de este
programa afirmen que poner oficiales en posición de ser tentados por
atractivas mujeres asiáticas no tiene impacto real en el crimen, la
práctica es cada vez más común en los departamentos de policía del sur
de Florida, incluyendo a mujeres policía que se hacen pasar por
prostitutas para identificar proxenetas.