Científicos holandeses logran descubrir el detonador para que
las mujeres logren realizar actividades que en otras circunstancias
pudiesen ser aberrantes.
Las prácticas sexuales
suelen tener muchas directrices. Cuando la excitación está al tope, la
mente suele desentenderse de situaciones y objetos que en un plano más
consciente podrían resultar aberrantes, especialmente para las mujeres.
Así lo concluyó un estudio realizado por científicos holandeses de la
Universidad de Groningen, quienes lograron atisbar en la psique femenina
para conocer cómo es que en escenarios que pudiesen parecer sucios y
repugnantes, la excitación sexual puede eclipsar todo elemento de esta
naturaleza.
“Las mujeres excitadas
estuvieron más dispuestas a tocar y a realizar tareas desagradables”,
dijo Charmaine Borg, coautor del estudio e investigador del departamento
de psicología clínica y psicopatología experimental.
Borg y sus colegas
dividieron a 90 mujeres en tres grupos: el primero vio un video de tono
erótico; el segundo, uno sobre deportes extremos; el tercero, uno sobre
un tren. Posteriormente se les asignaron 16 tareas, algunas de ellas
eran: beber un jugo con insectos falsos, limpiarse las manos con un
pañuelo usado, comer una galleta rodeada de gusanos. Además, también se
les pidió que realizaran actividades relacionadas al sexo, como lubricar
un vibrador.
El grupo de mujeres
excitadas encontró menos desagradables todas las tareas, mientras que
los grupos restantes tuvieron más dificultades en realizarlas y, por si
fuese poco, las mujeres no sólo mostraron más aceptación por lo
asqueroso, sino que también se confesaron más abiertas a experimentar
nuevas cosas.
Las mujeres poseen un
mecanismo llamado “repulsión reflejo”. Este las alerta de hombres con
poca higiene y con enfermedades transmisibles, aunque, como ya se mostró
en el estudio, cuando la excitación sexual está de por medio, este
mecanismo de defensa puede desentenderse de lo sucio, asqueroso y
repugnante.