Es difícil de explicar por qué el Chapo Guzmán no fue detenido antes.
La noticia del año en México es sin duda
la captura del Chapo Guzmán (la segunda, al menos en cuanto al interés o
indignación de los usuarios en las redes sociales, había ocurrido hace
tan sólo unos días cuando se dio a conocer la portada de la revista Time
en la que aparece el presidente Enrique Peña Nieto, “el salvador de
México” en lo que hoy se puede leer como preciencia). Joaquín Guzmán
Loera fue encontrado tranquilamente en un hotel de Mazatlán, después de
más de una década de una supuestamente incesante investigación, luego de
que se escapara de manera sospechosa por la puerta abierta del penal Puente Grande en el 2001.
Numerosos presidentes han felicitado a
Peña Nieto y la prensa internacional cubre positivamente la acción de
haber, por fin, detenido a un narcotraficante que era una de las grandes
amenazas mundiales contra el orden establecido. Se cosechan los
beneficios de haber podido detener a un profugo de la ley que dos
sexenios panistas no lograron hacer. De manera similar Barack Obama,
quien visitó México esta semana, logró cosechar los beneficios políticos
de haber acabado con Osama bin Laden, algo que George W. Bush no pudo
hacer en sus dos periodos (el mismo funcionaro que reveló a AP la
captura del Chapo lo comparó con bin Laden).
Rompiendo con el protocolo que había
iniciado para quitarle notoriedad a los narcos y afectar el aura de
(anti)héroes que tienen en algunas partes del país, el gobierno de Peña
Nieto decidió retomar el ritual de Calderón para presentar capos, no pudiendo dejar de lado la oportunidad de colgarse la medalla con foto incluida.
La editorial del diario La Jornada de hoy señala:
Con esos
antecedentes resulta inevitable que la captura anunciada ayer se vea
envuelta en la suspicacia y que la opinión pública encuentre
inconsistencias que deben ser explicadas: la más obvia es que quien es
descrito como jefe máximo de una organización delictiva que mueve miles
de millones de dólares haya podido ser capturado sin resistencia
significativa y carente de un dispositivo de seguridad numeroso y bien
armado. Debe mencionarse, asimismo, las coincidencias insoslayables de
que Guzmán Loera haya sido detenido a menos de 48 horas de la visita a
México del presidente estadunidense, Barack Obama, y que su libertad
haya coincidido de manera casi exacta con el periodo en el que la
Presidencia de la República fue ocupada por políticos procedentes del
Partido Acción Nacional.
despues de un exahusto y endemoniado analisis el TITO llego a esta conclusion...
obama esta muerto el chayo esta vivo y osama vende artesanias en jaripo......
osea weeeeeeeeeeee