El empeño en convencernos de que el vello corporal
femenino es antinatural y sucio ha sido extremadamente exitoso, pero
quizá las tendencias estén a punto cambiar.

Aparentemente, el 2014 será el año del arbusto. O al menos así lo pronostica el periodista de The Guardian, Elmer O’Toole
y así lo publicita American Apparel, que llenó sus aparadores de Nueva
York con maniquíes con vello púbico cubiertos por diminutas pantaletas.
Un vocero apuntó que están tratando de inducir conversaciones acerca de
los tipos de feminidad que se consideran bellos y sexies.

Pero, ¿qué es lo que fomentó la cera de
depilar en las últimas décadas de la cultura occidental? De acuerdo a
las reflexiones de O’Toole, pudo haber sido el porno. Pero, apunta,
también hay muchas mujeres que no ven pornografía y que remueven todo el
vello de su cuerpo. “En realidad es la industria de belleza la que se
beneficia y la que promueve la tendencia”.
Antes de la primera
guerra mundial, supuestamente ninguna mujer se rasuraba las piernas.
Para 1964, 98% de las mujeres menores a 44 años lo hacían. Antes de la
guerra, el vello de las axilas no era una consideración cosmética. La
moda en ese momento, aunque a veces ajustada y reveladora, cubría casi
toda la piel de las mujeres. Pero la moda femenina se volvió
ostentosamente más libre, y la primera rasuradora Gillette para mujeres
salió en 1915, fomentando campañas de publicidad agresiva para el
beneficio de más de una docena de compañías de “belleza”. El vello
corporal de las mujeres de repente se volvió desagradable.
Pero al parecer ahora las mujeres están
desechando esa tendencia para regresar a la libertad y naturaleza de
tener vellos en el cuerpo y aceptar que si están ahí es para cumplir una
función. Una de las razones para ello es quizá que el proceso para
remover el vello, sobre todo el púbico, pues es invasivo y doloroso. Y
la otra es que las partes privadas del cuerpo son esencialmente
privadas, y la mayoría de las parejas sexuales tienden a querer al otro
como es (con evidentes excepciones).
Sea o no el 2014 el “año del arbusto”,
lo afortunado es que quizá sí habrá mucho más variedad y libertad de
gustos entre las mujeres de occidente, que dejarán de sentir vergüenza
(las que lo hacen) por preferir no recortar el vello de su cuerpo. Será
una cuestión de preferencia estética y no una inoculación mediática
subyugante.