Quizá la principal característica de una princesa es que
ha sido tan extremadamente protegida que vive en su burbuja de dulzura y
fantasía, pero
¿qué pasa cuando una “princesa”, Melissa Plancarte, es
hija de un cruel narcotraficante?
¿Es posible mantenerla ignorante de
las acciones de su padre?
Ser hija de un líder de los
Caballeros Templarios podría ser especialmente lamentable; este cártel
en México se caracteriza por haber sido, desde sus inicios, cuando era
parte de La Familia Michoacana, la “organización que comenzó a meterse
con la gente”. Lo hizo de manera despiadada, extorsionando por años a
los habitantes, sobre todo en Tierra Caliente, Michoacán, cobrándoles
por vivir, trabajar y usar sus hogares e, incluso, según declaraciones
del líder de autodefensas, José Manuel Mireles, llegaron al extremo de
llevarse a sus esposas e hijas para disponer de ellas sexualmente
durante varios días.
Recientemente, diversos medios dieron a
conocer fotos, videos y conversaciones de Facebook e Instagram de
Melissa Plancarte, supuesta hija de “Kike” Plancarte, líder Caballero
Templario, según las afirmaciones de grupos de autodefensa. Las fotos
fueron publicadas luego de que el Ejército confiscara lujosas
propiedades de los Caballeros Templarios, cuyos espacios han funcionado
como escenario de algunos de los videos musicales de Melissa (hace poco,
también se supo que la cantante grabó un video usando instalaciones del Palacio de Justicia de Morelia, Michoacán, mismo que fue realizado por la productora de su padre, PlanRecords Entertainment.)
En sus fotos de Facebook, Melissa
responde a las críticas a su familia y asegura que su padre es un hombre
bueno, del que está orgullosa, y que éste ayuda a la gente. Inclusive,
en una de las fotos, la cantante conocida como “la barbie grupera”,
viste orgullosa un disfraz templario, al lado de una foto de un familiar
aparentemente muerto, que también lleva una vestimenta de este tipo.
Según sus escritos, la supuesta hija de
Enrique Plancarte está convencida de la bondad de su familia, lo que nos
lleva a preguntarnos hasta qué punto el ser humano puede hacerse una
idea de aquello que quiere creer. Este caso, más allá de su
característica extravagancia y de la penuria que ha sembrado la
presencia del cártel de Los Caballeros Templarios en Michoacán, nos
invita a pensar cómo funciona la mente de una princesa templaria, que
incluso habla de la bondad de su familia pese a la evidencia que
demuestra lo contrario. ¿Una princesa puede seguir siendo princesa
engañándose a sí misma eternamente?