El fotógrafo Richard Tuschman recrea los melancólicos cuadros de Hopper en una serie de fotomontajes.
Había gracia y misterio en su actitud como si fuera el símbolo de algo.
-James Joyce, The Dead
El último proyecto del fotógrafo Richard Tuschman, Hopper Meditations,
es una recreación de los famosos cuadros de Edward Hopper llevados a la
naturaleza muerta de la fotografía. Tuschman eligió recrear sólo los
cuadros en que aparecen las enigmáticas mujeres de Hopper, que casi
siempre están viendo por la ventana, o iluminadas dramáticamente por una
ventana, como esperando algo. Las “Hopper ladies”, desde que el pintor
las inventó, siempre han sido símbolo de algo. No sabemos exactamente de
qué, pero está asociado con la soledad, el extrañamiento, la música
distante y el paso del tiempo representado por las ventanas. Su belleza
radica en esa melancólica indeterminación.
Para lograr reflejar perfectamente los
cuadros originales, el fotógrafo construyó dioramas (teatros miniatura) y
los llenó de muebles de casa de muñeca o que él mismo fabricó. Luego,
para empatar la iluminación con las modelos, colocó figurines dentro de
la maqueta, y al final insertó las fotografías de las modelos dentro del
escenario usando Photoshop. De esta manera su trabajo también es
performativo. Busca imitar a Hopper al desmantelar la “cuarta pared” y
dejarnos ver lo que acontece en la intimidad de una habitación privada.
Silenciosa.
El artista logró trasferir el espíritu
penetrante de las mujeres de Hopper, que son capaces de aludir a los
misterios y complejidades de la condición humana con un solo gesto bien
iluminado. Este diálogo entre fotografía y pintura añade una capa más a
la historia de esas mujeres que también son, en algún momento, todas las
mujeres.