En entrevista con Sports Illustrated el basquetbolista de la NBA
Jason Collins hizo pública su homosexualidad, en un gesto que,
paradójicamente, contribuye a hacer ver que la preferencia sexual es
parte de la normalidad de cualquier persona.
A pesar del momento en que se encuentran
las sociedades occidentales con respecto a la sexualidad, la elección
de esta sigue siendo, en varios sentidos, un tabú. Es elocuente que si
bien hay leyes que, por ejemplo, han legalizado las uniones civiles
entre personas del mismo sexo, otras que permiten (en toda regla) la
transexualidad y otros reconocimientos al hecho de que, en última
instancia, la sexualidad es un asunto individual, en la opinión pública
existe aún cierta reticencia hacia el tema.
Una expresión de esta actitud se
encuentra, por ejemplo, en los deportes, especialmente en su relación
con la homosexualidad masculina. Las ligas, los equipos, las disciplinas
deportivas son, simbólicamente, uno de los reductos masculinos por
excelencia y, pese a todo, pese a la época, pese a las probabilidades,
poco o nada se habla abiertamente de la preferencia sexual de los
deportistas, en buena medida porque se presupone que la heterosexualidad
es la norma.
Quizá por eso causan tanta conmoción
anuncios como el de Jason Collins, el primer basquetbolista de la NBA
que hizo pública su homosexualidad.